EDICION 7 2023

Cómo y en qué invertir en 2024: perspectivas, sectores y valores a seguir

Fuente : https://privatebank.jpmorgan.com/latam/es/insights/markets-and-investing/tmt/5-considerations-for-investors-in-2024

A punto de cerrar 2024 los inversores se preguntan qué posibilidades se presentan tras el rally de siete semanas vivido en los mercados financieros en general y en Wall Street en particular. Qué perspectivas se presenta, qué valores son los más atractivos y cómo podemos sacar el mayor partido a nuestras carteras particulares. Desde el trading en la renta variable a las recomendaciones de los expertos.

inversiones en 2024. Uno de los planteamientos iniciales es saber si hay que cambiar o no nuestras inversiones actuales. Es importante, en este caso, que el cierre del presente ejercicio abre la puerta a nuevas posibilidades y hemos de conocer si es o no buen momento para hacerlo. Las posibilidades pasan por un conocimiento en mayor medida de como se encuentran en este momento nuestros valores, en el caso de la renta fija

La información sigue siendo el mejor exponente para invertir, también en un 2024 que se perfila ya de una manera muy concreta, pero en el que la cautela y cierto grado de incertidumbre permanece, en especial, por las decisiones que tomen los bancos centrales, decisivos en este ejercicio a punto de terminar. De ahí que conocer con detalle el horizonte que se nos presenta, con las perspectivas del 2024, nos llevará a comprender mejor el panorama que nos espera. 

Está revisando su cartera de cara al 2024 Esto es lo que debe tener en cuenta.

1. Es probable que la inflación se estabilice, pero, aun así, protéjase.

En todo el mundo desarrollado, la inflación general se ha reducido desde un máximo de casi 8% a menos de 3,5%. Esto es un gran progreso y varias dinámicas sugieren que puede continuar.

El mercado laboral sigue recuperando el equilibrio, una fuerte señal de que el crecimiento salarial se debilita. El ritmo de creación de empleo se está enfriando en todas las economías y en Estados Unidos ahora solo hay 1,3 puestos vacantes disponibles por cada trabajador desempleado, muy lejos de los casi 2 de hace poco más de un año y solo un poco por encima del 1,2 previo a la pandemia. Además, los datos más recientes sobre los precios de la vivienda, que han representado alrededor de las tres cuartas partes de toda la variación interanual del Índice de Precios al Consumidor (IPC), apuntan a una desaceleración.

Dicho esto, la inflación puede estabilizarse en un nivel más alto que durante la última década: la política industrial y la transición energética podrían elevar los precios de las materias primas; el proceso de deslocalización cercana or “nearshoring” y los ajustes de la cadena de suministro global podrían limitar la caída de precios de los bienes; y las expectativas de inflación de consumidores e inversionistas también podrían impulsarla al alza.

En general, se espera que continúe el progreso, pero, en este nuevo ciclo, el punto de aterrizaje puede ser más alto en relación con el pasado, por lo que creemos que los inversionistas podrían considerar el uso de herramientas como activos reales para aislar sus carteras.

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2. El enigma del efectivo: beneficios y riesgos de tener demasiado.

Con un rendimiento de 5%, no puede ser ignorado, pero es importante tener en cuenta que tampoco suele funcionar mejor en el entorno que se aproxima. El efectivo cumple cuando los bancos centrales suben las tasas más de lo esperado y las expectativas de inflación aumentan (como en los últimos dos años). Actualmente, son pocos los que debaten si la Reserva Federal incrementar las tasas, más bien, la atención se ha puesto sobre cuándo y cuánto las recortará en 2024.

Nos acercamos a la reunión de la Reserva Federal la próxima semana y el mercado está valorando una probabilidad de 60% de que haga recortes en marzo… y de 100% de que sucedan en mayo. En total, los inversionistas creen que para diciembre de 2024 ascenderán a 125 puntos básicos.

Esta visión podría ser demasiado optimista, pero lo que sí está claro es que las tasas bajarán. Al mismo tiempo, las expectativas de crecimiento de las ganancias están mejorando y la sensación de riesgo mejora. Esto significa que el efectivo tendrá un costo mayor en la siguiente etapa del ciclo. Por ello, determine cómo mejor encaja éste en su plan patrimonial alineado con sus objetivos.

3. Los bonos son más competitivos que las acciones: ajuste la combinación según sus ambiciones.

Los bonos están de vuelta. Noviembre fue el mejor mes para la renta fija básica de Estados Unidos en 40 años.

Los bonos ofrecen estabilidad a las carteras con una menor volatilidad que las acciones, los pagos de cupones generan ingresos y los precios aumentan cuando el crecimiento económico se desacelera y las tasas caen. Esa seguridad ha tenido un gran costo durante la última década. Antes de la pandemia, una cuarta parte de toda la deuda pública en todo el mundo tenía un rendimiento negativo. Actualmente, se ha evaporado y sólo existe en Japón (e incluso allí, el banco central ya señaló esta semana que podría salir de su era de política de tasas de interés negativas en su próxima reunión de finales de mes). Hoy en día, casi 60% de la deuda pública mundial ofrece rendimientos superiores a 3%.

Pero, si bien creemos que los bonos tienen un papel más importante que desempeñar en las carteras en esta nueva era, es posible que los elevados niveles no duren mucho. Las tasas están cayendo… y rápidamente. De hecho, los rendimientos de los bonos del Tesoro a 10 años han retrocedido ya más de 80 puntos básicos desde su máximo a mediados de octubre. Históricamente, han bajado más de 200 puntos básicos en los dos años posteriores a la última subida de la Reserva Federal (que sucedió en julio).

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4. Con el impulso de la inteligencia artificial, las acciones parecen encaminarse hacia nuevos máximos.

Si bien el S&P 500 ha subido más de 20 % en lo que va de año, no descartamos un buen repunte antes de que finalice. Diciembre ha sido positivo en 21 de los últimos 29 años.

El entorno actual pareciera que marca un punto óptimo para las acciones. Históricamente, cuando la inflación se sitúa entre 2% y 3% ofrece rendimientos promedio más sólidos para el S&P 500. Ahora que la mayoría de los sectores han sufrido correcciones durante el último año, el crecimiento de las utilidades se acelera nuevamente. No creemos que el consenso sea particularmente optimista, pero el poder de la inteligencia artificial es real. Si bien hasta la fecha gran parte de la atención se ha centrado en cómo pueden beneficiarse las empresas de tecnología (esta semana, Google anunció su propio modelo, Gemini, para competir con ChatGPT de Open AI), muchas industrias (incluida la nuestra) están invirtiendo fuertemente.

Por último, seguimos creyendo que las acciones son los motores de la apreciación del capital a largo plazo. Si bien los bonos tienen actualmente un papel más importante que desempeñar en las carteras, es importante recordar que la renta variable ha superado a la fija el 85% de las veces en un periodo consecutivo de 10 años desde 1950.

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5. Se avecinan focos de estrés crediticio, pero, probablemente, serán limitados.

Un hecho ineludible del ciclo económico es que las tasas de interés más altas hacen que sea más difícil obtener crédito. De hecho, el próximo año esperamos tensión en ciertos sectores. Por ejemplo, actualmente hay 4.5 billones de dólares en deuda pendiente de bienes raíces comerciales (aproximadamente la mitad a tasa flotante), de los que unos dos billones de dólares vencen en 2025. El subsector de oficinas, que representa alrededor de 14% de los bienes raíces comerciales, ha sido afectado por la persistente popularidad del “trabajo remoto” y los impagos de bonos y préstamos de alto rendimiento estadounidenses también están aumentando en otras áreas.

Sin embargo, creemos que, en última instancia, estos problemas se controlarán. No vemos condiciones más estrictas que conduzcan a una crisis crediticia a gran escala. La combinación de fuertes flujos de efectivo de hogares y empresas y un entorno inflacionario más benigno debería permitir a los bancos centrales reducir las tasas de interés antes de que estos focos de tensión ocasionen daños graves a las carteras.

Para los inversionistas ágiles, las tensiones en el complejo crediticio también pueden crear oportunidades a través de estrategias de valor relativo, con un particular enfoque en administradores de fondos que puedan identificar tensiones y dislocaciones a nivel de sector o, incluso, de subsector, así como en fondos de crédito privados estadounidenses que puedan seguir arrebatando cuota de mercado en el espacio de los préstamos apalancados y de alto rendimiento.

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Conclusión: un panorama de inversión reconfigurado.

Actualmente hay más opciones para las carteras que en cualquier otro momento desde antes de la crisis financiera mundial. Los rendimientos de los bonos son altos y las valuaciones de las acciones justas. Los mercados privados siguen ofreciendo primas sobre sus homólogos públicos, al tiempo que se vuelven más accesibles para los inversionistas. Incluso el efectivo no parece tan malo.

Por supuesto, siempre hay riesgos, tanto nuevos como viejos: desde la geopolítica hasta las elecciones, el crecimiento en desarrollo y dinámicas de tasas interesantes. Vale la pena sopesarlos al considerar sus opciones de inversión. Pero, sobre todo, manténgase arraigado en sus objetivos financieros a largo plazo y piense en cómo el poder de los mercados puede ayudar a hacerlos realidad. Su equipo de J.P. Morgan está aquí para ayudarlo a analizar lo que todo esto puede significar para usted.